Aún quiero quedarme a tu lado ...


Nos conocimos en una fiesta, recuerdo que ya estaba un poco mareado por el alcohol que había tomado para atreverme a acercarme a ti, nunca había sentido tanto miedo para hablarle a una persona, recuerdo que me gustaste desde que llegue a la fiesta y te vi bailando en tu vestido negro, nadie se atrevia a acercarse a ti, solo quería acercarme a ti; pero, no tenía valor, y fuiste tú, quien lo hizo, que gracioso; el típico fanfarrón y de tanto alarde que daba, quede minimizado en mi cobardía…
Me gusto mucho conocerte, no fue sencillo profundizar en ti, como en un inicio confieso que malinterprete, me contaste que te llamabas Esperanza, irónico que la esperanza haya llegado por medio de una mujer a una persona que se consideraba escéptico.
Ese día dejamos la fiesta y te hice pasar vergüenza en las calles, yo creyendo ser el mejor cantante, cuando solo cante una vez al frente de mis compañeros de colegio, recuerdo que se resume en hojas de papel, en dirección a mi rostro, pero aún así, nos despedimos con tu promesa de volvernos a ver; intente robarte un beso, pero "siempre fuiste buena para los desprecios lindos", aún así, yo me fui feliz porque confiaba en volverte a ver y por el solo hecho de haberte conocido, si es que por cosas de la vida … y del susto, no te volvía a ver…
Hace 5 meses ya, celebramos nuestro 1er año de casados, y 3 años como enamorados, recuerdo como si fuera ayer nuestro matrimonio, fue toda una fiesta, fue difícil que un padre aceptara casarnos en la playa, como era tu sueño, pero lo conseguimos, y fue algo que nunca olvidare… la cajita de sorpresas que resultaste ser, aún me robaba sonrisas y cada día me hacías sentirme el hombre más afortunado del mundo y aun mejor, me hacias sentirme vivo…
Hablamos de tener nuestro primer calatito, y en dos años más, nuestro chiquitín, estaría listo para nacer en un lugar mejor, si todas las cosas nos salían bien y podíamos ahorrar un poquito para mudarnos del departamento donde hicimos nuestro primer nidito de amor…
Paso un año, y logré graduarme como Bachiller de Comunicaciones Audiovisuales, fue dura la carrera pero gratificante al fin, ya había hecho mis practicas en un canal de tv, que gracias a Jose e., pude conseguir; Mi trabajo fue bueno y creo que logré sorprender a mis jefes y así pude ascender sin mucha espera, fue por eso que vi la oportunidad de tomar el siguiente paso en nuestra relación y pedirte matrimonio… un 07 de enero, uno de los días más soleados de nuestro verano, verano que cada año que pasaba se hacía más fuerte, tu madre lo interpretó, que aquella vez, Dios había iluminado nuestra relación, tu madre que es muy devota…
Nos gastamos mucho dinero en nuestra boda, ¿recuerdas? Casi todos nuestros ahorritos lo gastamos en eso, pero yo pude guardar un poquito para nuestra luna de miel, en realidad mi mamá me alcanzó un sobrecito, que ayudó mucho a poder hacerlo realidad, que lastima que no pudiste ver tu cara cuando al llegar a la casa, y tu pensabas que la fiesta ya había acabado, te sorprendí con los pasajes para al día siguiente, nos esperaba un avión, rumbo a una playa del Caribe, me abrazaste y no pudiste contener tus lagrimas… me dijiste que estabas sorprendida y que no debí haber hecho eso; pero, como no hacerlo, si gracias a ti, pude sentir lo que era sentir un corazón lleno de amor y felicidad…
Fueron 5 días y 4 noches, donde pude reafirmar, lo feliz que podía ser a tu lado, y me sentía seguro de querer pasar el resto de mi vida tomado de tu mano; Sentirte a mi lado, me hacía sentir vivo, me hacia sentir tantas cosas indescriptibles, que no pude encontrar la palabras exactas para describir todo lo que logre sentir contigo en el tiempo que te tuve…


Como si hubiera sido ayer, recuerdo con mucha pena aquel primer jueves de octubre del 2008, que tuve que salir del trabajo temprano; un fuerte dolor en la espalda, me impidió que pueda continuar con el trabajo, el dolor era muy fuerte y no quise llamarte para preocuparte; decidí irme al doctor, y que este, me de unos calmantes y así poder sentirme mejor para regresar al día siguiente al trabajo…
El doctor me revisó y yo sé que ese día pudo notar algo que no le gusto, trato de maquillarlo con mandarme unos exámenes de rutina, como me indicó él, yo traté de no preocuparme, porque siempre pensaba, que a mis 26 años, una enfermedad grave no se podía cruzar por mi camino, y mucho menos la muerte; desde niño, me creía invencible y trataba de mostrarme valiente ante la muerte, aunque muy dentro de mí, sabia el miedo que sentiria si un día la muerte vestida de negro se presentaba ante mis ojos.
Al día siguiente, adolorido aún y con unos calmantes en mi organismo, regresé al hospital para hacerme los exámenes de rutina y así saber porque aun me dolía el cuerpo y sentía que alguien me hubiera dado una paliza; Nunca le tuve miedo a las agujas, así que no fue problema darle mi brazo a la enfermera, quien tomo dos muestras de sangre de mi brazo derecho, unas placas para ver mis pulmones y otros órganos mas y listo, una hora después estaba listo para regresar a casa, y es que estar en los hospitales no me gustaba, ya me habían operado a los 14 y 20 años como para querer seguir viendo doctores…
Dos semanas me hiciste recordar ir por los resultados, en realidad yo ya quería darlos por olvidados porque ya me sentía mejor, pero una llamada del hospital alarmó mi curiosidad, tu insististe, como sí algo dentro de ti, supiera lo que iban a descubrir esos exámenes…

Llegué al laboratorio y le entregue a la enfermera mi cargo para que me diera mis resultados, pero ella me indicó que estos, habían ido al consultorio del doctor, me pareció extraño pero yo lo tome como parte de un error, llegue el consultorio, y toque la puerta, no te niego que sentí un poco de molestia por el error que habían cometido y yo no quería perder más tiempo ahí.

El doctor abrió su puerta y me pidió que aguarde un momento, yo lo interrumpí, alegando que solo era un error y que solo quería mis resultados, el espero que termine de hablar, y me volvió a pedir que espere, que necesitaba hablar conmigo… fueron 10 minutos de espera, donde mis nervios e incertidumbre, me hicieron sudar las manos, como en las primeras vez que te conocí; me hizo pasar, pero desde que entre al cuarto, podía predecir que algo no estaba bien, me invitó a tomar asiento y dijo: “Roberto tengo tus resultados y temo decirte que no son muy buenos como esperaba que fueran,… tienes cáncer Roberto”, cada vez que recuerdo esos momentos, siento una explosión en mi corazón, el doctor seguía hablándome y yo solo podía ver la película de los momentos más felices que he vivido ante mis ojos…¿Roberto me escuchas? Tomó unos segundos para volver escuchar al doctor y hubiera deseado no poder hacerlo; Roberto tienes cáncer en los pulmones y lamento decirte que la enfermedad ha avanzado mucho en tu organismo, ya ha empezado a afectar otros órganos y si te opero, corremos el riesgo de acelerar la expansión; doctor que me está diciendo...,Ya tenía lagrimas en los ojos y trataba de pensar que aún todo era un error, le reclamaba al doctor que revisara bien los exámenes, que era seguro que todo era una confusión, esto no me podía pasar a mí, y menos ahora que me había enterado que iba a ser padre, Esperanza tenía dos meses de embarazo… lloré como si fuera un niño que se perdió en el parque y el doctor solo me abrazó, sin saber que mas decirme para tratar de consolarme.

...Trató de mostrarme fuerte y valiente ante ti, ante ti que se que te ocultas en el baño para llorar, que te levantes en las madrugadas y maldices la suerte que hoy Dios ha jugado contigo… Yo puedo escucharte y lloró en silencio, y es que tengo miedo de alejarme de ti, soy feliz a tu lado, y tengo miedo de irme a un nuevo mundo solo, solo y no poder llevar la imagen de tu rostro sonriendome y diciendome que me amas...

Perdóname por dejarte, no tengo elección, mi fe se esfumó el día que me dijeron que la llama de mi corazón se iría apagando poco a poco; Al comienzo no quise luchar, renegaba con Dios, le echaba la culpa de la vida que me tocó, pero entendí que la vida juega por sí misma, y sabia que aún te tenia a ti, que debía luchar por seguir respirando tu aroma, por aun sentirte, poder acariciarte, poder escuchar tu voz…; pero, hoy llegó el día que ya no tengo fuerzas y tu voz, ya la escucho apagándose … perdóname por no haber ganado esta batalla, perdóname por dejarte sola, perdóname por no haber visto a mi hijo nacer, por no haber jugado en el jardín como muchas veces lo hice contigo y te prometí que también lo haría con él… tengo mucho miedo de irme, aún no quiero cerrar mis ojos y perderme...
...Te amo mucho, gracias por haberme amadado tanto y por haberme hecho el hombre mas feliz, te esperaré el tiempo que tenga que esperar, y quiero que sepas que cuando llegue ese día, te estaré esperando en el jardín listo para besarte otra vez y para seguir amándote como lo hice siempre, ese día llevarás en tus manos mi corazón y la vida que dejo hoy aca y que yo esperaré para volver a vivir… mis ojos empiezan a perder fuerza y mi corazón a perder ritmo, las cortinas de mi obra se empiezan a caer, y en el telón aparecen ya, las últimas imágenes de los momentos más felices de mi vida, aquellos momentos que los viví a tu lado…
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La única medicina para el dolor del corazón, es poder amar y dejarnos amar, con las ganas de luchar y sin temor a perder...

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